what’s for dinner?

As a vegetarian, I’m used to seeing things on Spanish menus that really don’t appeal to me. Yesterday, though, I was particularly taken – or not – by the top two items on the meat section:

Carnes: secreto, lagarto, chuletillas, cochifrito...


The first, secreto, makes me think of the times we used to pester my mother “What’s for dinner?”, only to be told “Wait and see.”

“Wait and see” may have been my staple diet as a child, but I’m not about to start eating something listed on the menu as “It’s a secret.”

Actually, back in the early Eighties, there was a restaurant in Earl’s Court, the ‘Malaysian Kitchen’, I think, that used to serve just such an item. If you didn’t like it you didn’t pay, but you had to say if you’d enjoyed it before they’d tell you what it was.

I seem to remember the owner explaining that it originated when one of their regular clients kept joking that he wanted snake. So they decided that they’d actually serve it to him one night.

This brings me neatly to the second item on the menu: lagarto. The main definition in the rae is:

Reptil terrestre del orden de los Saurios, de cinco a ocho decímetros de largo

I’m sure some lizards are very edible, but again, I’d rather not sample one myself.

(For those who don’t read Spanish, I should probably point out that these are actually expressions used for different cuts of meat.)

Author: don't confuse the narrator

Exploring the boundary between writer and narrator through first person poetry, prose and opinion

2 thoughts on “what’s for dinner?”

  1. El lagarto era una de las joyas de la gastronomía más ancestral y rural. Pero estamos hablando de los años de la posguerra. Ahora mismo su captura está penada de forma muy dura por la legislación medioambiental. Cazarlos es un delito muy grave.

    A no ser que haya granjas o criaderos de lagartos para el consumo humano. Que puede ser. Aunque me extraña. Me resulta inquietante imaginar esa supuesta granja.

    Recuerdo que antes era habitual en zonas rurales comer raciones de pajaritos. Sí, pájaros pequeños, fritos o con una salsa. Era un poco desagradable, para mi gusto, comerlos. Estaban enteros y se comían enteros. Pero había bastante afición. También, desde hace unos años, está prohibido y penado. Así que en algunos bares de pueblo, en la pizarra donde están escritas las raciones, en una esquina aparecían dibujadas dos o tres V V V. Si el dueño no conocía al cliente que pedía pajaritos, negaba que los tuviera. Pero los clientes habituales entendían la clave.

    Hace unos veinte años coincidí en un bar con el Consejero de Agricultura y Medio Ambiente de una Comunidad Autónoma. La legislación de su departamento era clara y taxativa al respecto, y las penas que acarreaba el incumplirla bastante severas. Pero a él le encantaban los pajaritos fritos. Se estaba poniendo morado.

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    1. A mí me dijeron que el ‘lagarto’ de la carta era un corte del cerdo (¿se dice ‘un corte’?), pero no lo comprobé.

      Nunca he entendido muy bién cómo se decide qué se puede comer y qué se debe prohibir (a no ser por razones medio-ambientales). ¿Cuál es la diferencia entre un caballo y una vaca? En mi cultura el caballo no se come. Y realmente, ¿en qué se diferencia un conejo de un gato? Aquí, desde luego, no comemos gatos.

      No obstante, aquí los gatos no son ni tan finos ni tan pendientes de las leyes: comen lagartijas, pajaritos, libélulas, ratas, ratones, culebras…

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